Leélo a escondidas

Si vas a leer esto, que quede entre vos y yo, porque lo que estoy a punto de contarte es un pedazo de mí. El blog de ahora, no será dedicado a la importancia de la salud mental en el trabajo o sobre los costos económicos que se incurren al ignorar la salud mental. Ahora voy a abrirme un poco, bueno no, me corrijo: mucho, voy a abrirme mucho con vos ¿Por qué? Te contesto luego.

Esta es probablemente la entrada de blog, que más me ha costado escribir. Es relativamente fácil recalcar la importancia de la salud mental en términos costo-beneficio como tema país, el beneficio es neto: las cifras no mienten, por cada $1 que se invierte en medidas sencillas como terapia psicosocial o medicamentos se tiene un retorno de $4 en aumento de productividad y mejora de la salud[1]; lo mismo pasa con la productividad de las empresas: estudios demuestran que con pequeñas medidas que las instituciones empiecen a tomar a favor de promover un clima libre de estigmas en la salud mental, pueden incrementar su productividad en un 30%. No es tampoco, la tarea más difícil sentarme detrás de una computadora para elaborar contenido con las consecuencias del estrés en nuestro cuerpo, un juego de palabras que salga de mi cabeza o una frase bonita; tampoco el decirles las razones por las cuáles es importante enseñar sobre salud mental en las escuelas, colegios, empresas, universidades y otras instituciones. Lo más difícil en mi caso, y sin quitar mérito al tiempo y capital humano brillante que requieren las tareas anteriores,  es decirles por qué hago esto.

No soy psicóloga, tampoco soy la nueva gurú motivacional, de hecho ya que nos estamos diciendo secretos no me gustan las “patrañas”-por ponerle una palabra digerible- motivacionales o el falso positivismo que quiere hacer ver como normal y sano el siempre estar bien. Soy una persona normal, como vos, que se dio cuenta, a puros golpes de la vida, de la importancia de la salud mental. Soy un ser humano que llegó a sentirse tan mal que prometió dedicar su vida a ayudar para que nadie más se sintiera así de hundido como yo me llegué a sentir. Spoiler alert: no soy superwoman.

Poseo una condición crónica, llamada fibromialgia. Dicha condición afecta los neurotransmisores  del dolor, haciéndote sentir, en casos de crisis, las dolencias más fuertes de tu vida, las cuales no se quitan con analgésicos, pero pueden llegar a controlarse con los neuromoduladores adecuados. La condición te da fatiga crónica, es decir disminuye tus energías en un significativo porcentaje; imagínense que es como un celular cuya batería se arruinó y ahora solo carga al 50%, hay que optimizar el uso de las aplicaciones durante el día para que no se te apague y recordar que por más que querramos cargarlo, la batería no pasará de más de 50%. Otro de los tantos síntomas de la fibromialgia es la depresión, es lógico entender por qué el cuerpo se deprime: 1. Vivís con dolor; 2. Ahora tu cuerpo tiene menos energía, por tanto, si se te acaban las energías del cuerpo ¿De dónde se alimenta tu mente? ¡Ni hablar de los desgastes emocionales! Esos te pueden dejar en cama varios días. ¡Ah, y por favor! Nunca le digan a alguien con fibromialgia que esa es una enfermedad psicosomática ¡No, no lo es! Infórmense de fuentes confiables.[2]

Yo no me había dado cuenta del síntoma de la depresión y de que estaba deprimida hasta que alguien más me dijo “creo que también estás deprimida, deberías ver a un psicólogo”, a lo que inmediatamente pensé “A un psicólogo, ¿yo?, si no estoy loca”. Ahora sé que debemos luchar para eliminar este estigma. Los problemas de salud mental, en su mayoría, pueden ser resueltos de manera fácil si la gente busca ayuda en el momento adecuado, no es lo mismo reparar una gotera que volver a construir todo un cielo falso. He estudiado mucho mi condición y sé que debe tratarse con un equipo multidisciplinario, dentro de los cuales, además de distintos médicos, se encuentra un psicólogo. Sé, por experiencia propia, que la terapia puede salvar vidas. No les voy a mentir, no es un proceso fácil, corto y lineal. No despertás un día mágicamente diciendo “soy una nueva persona” o “ya me he curado”; es un proceso constante, diario, en el que a veces retrocedes y otras veces avanzas.

La fibromialgia me ha ayudado a conocer mis límites físicos y mentales, a conocerme más, a saber qué puedo trabajar para mejorar y a aceptar qué realidades no puedo cambiar, a no compararme con la gente de mi edad. Al final quienes me aceptan y quieren, saben que no puedo hacer todo lo que antes podía hacer. Sin embargo, muchas veces, la misma fibromialgia, me hizo llorar y me hizo sentir impotente, me hizo preguntarme ¿y ahora qué voy a hacer con mi vida?, me hizo sentir como si mi valor como ser humano hubiese disminuido. Y fueron estos sentimientos los que me motivaron a fundar Continúa. Si a mí me hubiesen enseñado en el colegio sobre salud mental básica- mal manejo de estrés, ansiedad y depresión- así como me enseñaron de biología, yo hubiera podido identificar que algo no estaba bien y que estaba deprimida. Si en la sociedad nos educaran sobre cómo cuidar nuestra salud mental, así como nos enseñan desde pequeños a cómo lavarnos los dientes y a acudir al dentista cuando tenemos caries, nunca hubiera pensado “a un psicólogo ¿yo?”, hubiera acudido de inmediato, sin dudas, estigmas o ideas preconcebidas. Caries: dentista; lesiones de huesos: ortopedas; salud mental: psicólogo. Así de normal.

Continúa pretende reducir el estigma, crear conciencia y educar sobre el estrés, la ansiedad y la depresión, para que estos no evolucionen y tengan fatales consecuencias como el suicidio, con un equipo multidisciplinario y especialistas en diferentes rubros y temas. Lo haremos a través de charlas, seminarios, capacitaciones, talleres y programas especializados a empresas, instituciones y universidades; a través de programas escolares para profesores, escuelas de padres y alumnos; también, a través de la construcción de un centro, que contará con consultas a profesionales de la salud mental a precios accesibles, la salud mental no puede seguir siendo un lujo; a través de investigaciones, líneas de ayuda, y muchas otras actividades más que tenemos planeadas junto al maravilloso equipo de Continúa y que junto a la ayuda de muchos, incluyendo  la tuya, podremos hacer realidad. Muchos problemas sociales pueden disminuirse si empezamos a tomar a la salud mental como prioridad, no podemos hablar de salud, sin incluir a la salud mental. De acuerdo a la Constitución de la OMS: «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».

Te dije que te iba a contestar el por qué me estaba abriendo con vos: lo hago para establecer un precedente, para que vos también podás hablar o abrirte con naturalidad, porque no puedo pedirte que empecés a reducir el tabú que rodea a la salud mental, sino me conoces ni sabés los motivos por los que lo estoy haciendo, como verás no lo hago porque soy psicóloga y quiero venderte mis servicios- lo cual no tendría nada de malo- sino, lo hago porque soy como vos, porque antes creía que la depresión era cuestión de falta de actitud positiva, lo hago porque sé que la depresión y la ansiedad pueden pasarle a personas normales, como vos y como yo, ya sea como síntoma de una enfermedad o como diagnóstico final. Lo hago porque no quiero que te pase a vos, y si te está pasando quiero que te abras y que busques ayuda como yo lo hice; no esperés llegar al extremo, tener ideas suicidas o intentos de suicidio,  para buscar ayuda, y si las has tenido necesitas ayuda de emergencia. No debe de pasar por tu cabeza la idea de que el psicólogo o psiquiatra te puedan juzgar. De la misma manera, como no te pasa por la cabeza que el doctor te va a juzgar por tener que operarte de emergencia. Y si llegase a pasar por tu mente esa idea y llegases a sentir vergüenza, recordá que lo único que quieren ellos es ayudarte y salvar tu vida.  Al final, está bien no estar bien, lo que no está bien es no pedir ayuda.

Te pedí al inicio que quedara entre nosotros, pero si vos también te abrís con alguien más, si te hizo click o gustó este artículo, podés compartirlo. Si querés platicar, podés escribirme un mail, dándole click al nombre del autor de este blog.

 

[1] (Organización Mundial de la Salud, 2004, Invertir en Salud Mental) https://www.who.int/mental_health/advocacy/en/spanish_final.pdf

[2] https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/fibromyalgia/in-depth/fibromyalgia/art-20048097  ;  https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/fibromyalgia/symptoms-causes/syc-20354780

 

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