Cómo cuidar nuestra salud mental en las fiestas, parte 2

salud mental en las fiestas

Por su naturaleza, las festividades pueden estar llenas de muchas emociones. Pareciera que en el caso de los y las salvadoreñas, las de fin de año especialmente condensan múltiples actividades que en otra festividad anual no aparecen, y es por ello importante considerar cómo nuestra salud mental en las fiestas se puede ver afectada.

Para muchas personas es una época llena de emociones que nos pueden orientar al bienestar o al malestar, y en esa línea no está de más detenernos un poco a pensar sobre qué comportamientos y hábitos saludables pudiéramos adoptar para poder llevar en paz estas fiestas. Esta es la segunda parte de nuestro especial navideño para cuidar nuestra salud mental en las fiestas. La primera parte la encuentras cliqueando aquí.

Explorar, conocer y respetar los límites propios y de los demás

En esa revisión sobre el grado de responsabilidad que tuviste frente a tus acciones, también te darás cuenta que muchas de esas cosas que te adjudicas como tu responsabilidad tienen que ver con tus propios límites: ciertamente, no eres responsable de aquello que sobrepasa lo que humanamente puedes hacer. ¡Pero cómo cuesta quitarse la culpa de no ser superhumano en un mundo que lo exige todo el tiempo! Y más aún en las fiestas de fin de año:

  • Fiestas navideñas del trabajo, salidas de fin de año con las amistades, entre la familia de mi padre y mi madre que están separados, pasar con mi novio, pero también con mi familia, pero también con mis amigos…
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Lo que empieza como un genuino deseo por compartir se puede volver en una fatiga mental.

Hay gente cuyos únicos días de descanso laboral en esta época son el 25 de diciembre y 01 de enero, hay quienes ni siquiera esos días pueden descansar, y aún se sienten obligados a las compras y salidas navideñas. Hay quienes nuestra dieta definitivamente no sincroniza con los banquetes y horarios navideños; hay quienes antes del 5 pa las doce ya están dormidos porque ciertamente ¡están cansados!

Y todo eso está bien. Es un muy buen momento entonces para explorar el autoconocimiento y tus límites: escucha tu cuerpo y tus necesidades emocionales, no te obligues a asistir a todas las salidas navideñas, no eres la única persona que ha tenido que decir que no a una salida por necesitar descanso o por ahorrar dinero, no eres la única persona que ha dejado de ir a una reunión familiar porque equis persona te agota. Cuidar de tu salud emocional y de tus finanzas es necesario, sea navidad o sea el día de la independencia.

Duelo en navidad: el espacio para recrear los rituales

Al ser Navidad una época clásica en la que se dicta compartir con familia y seres queridos, esto puede agudizar los sentimientos de un duelo que se esté experimentando, o que se experimentó a lo largo del año. Más aún si es la primera Navidad sin esa persona especial, o en un nuevo país como extranjero, o la primera Navidad desempleado, etc. En este punto, tanto NAMI como Lucía Cuellar, quien es psicóloga de la Universidad de La Sabana en Colombia, afirman que para esta época la mejor estrategia frente al duelo es crear nuevos rituales y tradiciones, para así crear nuevos recuerdos acorde a las nuevas circunstancias, y, en esa línea, dejarse acompañar por los seres queridos que sí están a nuestro alrededor.

Recordar a nuestros seres queridos que ya no están a través de los rituales navideños.
  • Si estás en el extranjero, por ejemplo, es un excelente momento para conocer y vivir las tradiciones del lugar, además de hacer nuevas amistades. Lucía también recomienda que si estamos en duelo no se consuma alcohol, pues esta es una sustancia depresora del sistema nervioso, lo que pudiera agudizar el dolor.
  • Si la pérdida es reciente y tiene que ver con el fallecimiento de un ser querido, pudiera ser necesario algún ritual de cierre al ser la primera Navidad sin esa persona, como intentar recrear una tradición que nos gustaba de esta persona en las fiestas. Por ejemplo, la receta de la cena navideña. Por supuesto, aquí nuevamente entra el principio de realidad: si sabemos que es una receta compleja, y si durante todo el año no cocinamos, quizás este ritual sea contraproducente y nos haga extrañar más a esa persona al darnos cuenta que “no es lo mismo”. 
  • En esa línea, pudiéramos en cambio de recrear los rituales de esa persona, platicar con ella a través de una carta, o simplemente desearle unas felices fiestas en su viaje e incluso, pensar en qué deseos esa persona tuviera para nosotros, que seguro lo tenemos muy claro, y autodeseárnoslo. Y al finalizar, por qué no, colocar esa carta bajo el árbol de navidad, para tener presente su recuerdo durante esta época.

¿Está mal realmente estar modo Grinch un rato?

La recomendación última es, como menciona la psicóloga, hablar de ese momento difícil, destacando que el estar triste no significa necesariamente que no se pueda disfrutar o que en sí mismo eso esté mal.  Después de todo, y si hemos estado atentos, muchos de los sentimientos displacenteros propios de esta época tienen que ver con esta imposición social implícita que hemos introyectado sobre tener que estar bien, contento y jubiloso por las fiestas. El Dr. Juan Carlos Hurtado apunta que es casi un crimen social el estar triste en esta época, el no estar a tono con el “espíritu navideño”, y es así como, acorde con NAMI se experimenta una gran presión, aparte de la comparación con este ideal de fiestas perfectas y familia perfecta, reforzado aún más por las redes sociales que muestran solo lo bonito.

Recuerda, el Grinch después de todo necesitó una compañía empática para ser más receptivo con la Navidad: que tu voz interna sea tan compasiva como Cindy-Lou lo fue con él.

Como el doctor apunta:

“Hay que recordar que se vale estar triste, especialmente si existe una razón personal para ello, aunque no esté de moda durante el fin de año. En todo caso, conviene estar alerta para detectar los síntomas de la depresión, los cuales van más allá de una mera sensación de tristeza”

Date espacio. Recuerda que no eres la única persona que probablemente no está pasando su mejor momento ni se siente tan a tono con las lucecitas navideñas. Después de todo, el Grinch no odiaba la Navidad, solo necesitaba tiempo para procesar sus emociones y escucharse a sí mismo y su sentimiento de soledad. No te obligues, pero tampoco te regodees, y si sientes que tus emociones y sensaciones te desbordan, o si tras leer esta columna crees que necesitas acompañamiento, recuerda que Fundación Continúa ofrece servicios psicoterapéuticos con excelentes profesionales, a precios accesibles. Puedes solicitar tu cita aquí.

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