Metas de año nuevo: 5 estrategias para adquirir un hábito, parte 2

adquirir hábitos

Primera semana de febrero. ¿Cómo van esas metas de año nuevo? Al abrir un nuevo calendario, muchas personas nos ponemos propósitos o metas y enero suele ser ese mes donde comenzamos con todo el ánimo del mundo para lograrlas. Pero sí que es cierto que para muchos no ha terminado el primer mes del año cuando ya nos hemos rendido, o, más aún, hemos olvidado qué era aquello que queríamos lograr. Y esto es porque de fondo, las metas muchas veces implican adquirir un hábito para lograrlas.

Y  para muchos, adquirir un hábito ya no es tan sencillo como escribir a papel y lápiz los propósitos.  Hay unos que incluso nos tomamos el famoso “Blue Monday” o “el día más triste del año” (que no es más que una estrategia de publicidad transformada en sugestión) como una excusa para desistir de nuestros propósitos, bajo un típico ¡Y ya para qué!

Sea cual sea tu meta, en este post queremos compartirte la segunda parte sobre algunas estrategias que te ayudaran a aterrizar tus metas y a adquirir un hábito para lograrlas.. Recuerda que la primera parte a este tema la puedes leer dando clic aquí.

3. Usa sabiamente la tecnología

Uno de los ejemplos más claros de cómo la tecnología puede acompañar nuestra rutina (y por ende nuestros hábitos diarios) son las aplicaciones o dispositivos relacionados al mundo del ejercicio físico: en un estudio realizado en la Ciudad de Zaragoza, España, se encontró que de un total de 126 personas con el hábito del ejercicio físico, el 70% de ellas utiliza la tecnología para dicho hábito. Es curioso pensar cómo el teléfono inteligente, una herramienta que en el imaginario colectivo se tiene como nuestro principal vehículo a la procrastinación (entiéndase esta en palabras simples como el “perder el tiempo” o el “distraernos demasiado”), también puede ser un excelente compañero en ayudarnos a generar un nuevo hábito en nuestra vida.

Gaming's Next Level — Three Body Capital
Piénsalo como en un videojuego: ¡Sube de nivel! Cada paso de tu plan de acción para lograr tu hábito puede ser uno de esos niveles.

En el post anterior mencionamos una forma bien clara en cómo podemos transformar nuestro quizás principal dispositivo distractor en una auténtica herramienta para la adquisición de hábitos, y esto es colocando como fondo de pantalla o pantalla de bloqueo nuestra tarjeta poder para la motivación: aquella frase o palabra que nos recuerda por qué queremos lograr nuestra meta y por ende adquirir un hábito. Incluso otra estrategia que nos ayude a lograr un hábito pudiera ser que, cada vez que nos queramos distraer con el teléfono, sea nuestra pantalla de bloqueo la que nos refleje esa conducta: un “¡Vuelve a tus metas!” quizás sea suficiente recordatorio cuando nos queramos distraer en redes sociales con el teléfono, en vez de darnos esos 15 minutos de meditación que nos hemos prometido para este año.

Otra forma es descargarte una aplicación que te ayude a tal fin. En esta lista te describen algunas de esas aplicaciones, desde sacarle el máximo provecho al conocido Google Calendar, hasta el transformar tus metas ¡como si fueras el personaje de un videojuego que es recompensado por aumentar de nivel!

OJO: definitivamente estas aplicaciones no sirven por sí solas sin tu voluntad de querer usarlas bien, incluso el usarlas diariamente será un “pre-hábito” que deberás tener para que verdaderamente te ayuden a lograr tus metas.

4. Andamios: tus modelos a seguir

Un concepto fundamental en el estudio de los procesos de aprendizaje es el concepto acuñado por el psicólogo Jerome Bruner a partir de la teoría de Lev Vygotski sobre la Zona de Desarrollo próximo. Sin ponernos muy densos, en resumidas cuentas estos psicólogos lo que expresaban es que una persona posee capacidades ya consolidadas y capacidades que potencialmente puede desarrollar, esto con la ayuda de alguien que ya ha desarrollado previamente dicha capacidad. Esta ayuda la ilustran retomando la figura de los andamios de las construcciones (las estructuras temporales que montan para poder construir el edificio en sí).

Tal cual los andamios son provisionales pero ayudan a construir el edificio permanente, así en un principio necesitarás de ayuda para lograr tu hábito, quién mejor que esa persona cercana que sabes que es buena en dicho hábito.

Pues bien, la analogía aquí es que identifiques quiénes son tus andamios: esas personas que ya han adquirido ese hábito que tú quieres alcanzar, para que aprendas de ellas las mejores forma de lograrlo. Pídeles que te ayuden. Por ejemplo, si una de tus metas es aprender a cocinar, pregúntale a esa persona cómo empezó. Incluso le pudieras pedir que algún día te enseñe a cocinar una receta, ¿por qué no? Nuestros seres queridos suelen ser excelentes andamios porque con ellos no solo aprendemos aquello que queremos lograr, sino que disfrutamos el proceso. No estás solo, recuerda que nadie nace sabiendo, ¡ni siquiera tu nuevo modelo a seguir!

5. Toma conciencia de la recompensa y ¡recompénsate!

Por último, pero igual de fundamental en tu proceso para adquirir un hábito, es importante que tomes consciencia de cada pequeño logro que vas teniendo: una semana de puntualidad, tres días haciendo ejercicio…recuerda cuál es la ganancia de haber alcanzado ese pequeño logro: tu jefe no te regañó, tu cuerpo se siente más ligero. Y así, tomate unos segundos para ser consciente de esas ganancias, pero también de la principal: esa razón que te mueve a tener esa meta, tus porqué estás haciendo lo que estás haciendo.

Y por supuesto: lo que sea que estés logrando de ese plan que te propusiste cumplir se merece ser reconocido: abrázate, apláudete y recompénsate. La recompensa puede ser tan simple como un autoabrazo o, por qué no, permitirte un descanso de ese hábito los fines de semana. Por ejemplo: tu objetivo era hacer ejercicio media hora al menos 2 días a la semana, lo cumpliste, pues date la oportunidad de descansar y volver a tu zona de confort el fin de semana…pero recuerda: ¡solo el fin de semana! La siguiente semana recuerda tu motivación, vuelve a tu tarjeta poder y… ¡continúa el buen trabajo!  

Artículos relacionados