Cómo lidiar con una ruptura amorosa

ruptura amorosa

En nuestro blog anterior sobre los “casi algo” hablábamos que a diferencia del duelo por fallecimiento, para el duelo por ruptura amorosa no hay una ruta social clara sobre cómo dejar ir a esa persona: no hay funeral y muchas veces tampoco una ruta clara sobre cómo acompañar al doliente, o sobre cómo queremos ser acompañados; muchas veces ni si quiera tenemos claro si nuestro sentimiento  merece estar y solemos etiquetarlo como “drama” o debilidad. Sabemos que en estas épocas un duelo amoroso puede ser particularmente difícil, por lo que en este blog platicaremos sobre 3 aspectos clave a tomar en cuenta para trabajar con él.

1. Algo termina, pero algo empieza

Creemos pertinente comenzar con una dosis de realidad: así como muchas cosas impermanentes en esta vida, las relaciones también lo son. Los terapeutas españoles Franciso Montesinos y Marisa Páez muy bien nos lo recuerdan:

Es fundamental asumir que la ruptura forma parte de lo que puede ocurrir en una relación. Nadie nos garantiza que una relación vaya a durar para siempre.

Parte de las reglas de juego en una relación es ser consciente desde el primer día, de que, así como empieza, así también puede terminar. Tomar consciencia de esto desde el principio nos puede ayudar a recordar al momento de la ruptura que, así como esta relación está terminando, otras posibilidades estarán comenzando (o recomenzando): más tiempo para retomar nuestros proyectos personales, más tiempo y energía para cultivar nuevas amistades, e incluso, aunque quizás ahorita no lo queramos imaginar, da paso a una nueva oportunidad con el amor, una en la que podamos poner en práctica lo aprendido de esta relación que termina.

2. Tómalo con calma, pero no dejes de vivir

Si tras haber leído sobre las nuevas posibilidades que te apertura el haber terminado una relación pensaste algo como: “pero yo no quiero eso, yo quiero de nuevo mi relación”, no pasa nada.  Desde la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), uno de los principales vehículos de malestar es que te presiones a sentir algo distinto a lo que naturalmente brota de ti. Estás viviendo lo que estás viviendo, no te presiones a sentir algo distinto. Está bien estar mal y que la ruptura altere un tiempo tu rutina, esto si procuras no fusionarte con tu tristeza:

Recuerda que así como has estado triste antes y ha pasado, así también esta nueva ola de tristeza pasará. ¿Qué te dice esto de ti mismo? Que eres muchísimo más que tu tristeza, aunque esta te abrace por un momento para ayudarte a superar a quien has perdido.

ruptura amorosa
Lidiar con tu trabajo durante una ruptura amorosa puede ser retador, probablemente no vas a rendir de la misma manera. Recuerda hoy más que nunca no presionarte de más.

De hecho, Montesino y Páez (quienes son terapeutas en ACT) lo proponen: ayudará a superar la ruptura si nos apoyamos en las otras áreas de nuestra vida, como la familia, los amigos, el ocio e incluso nuestro trabajo; más que con la idea de evadir nuestras emociones, compartirlas dejándonos ayudar. Deja ser a tu tristeza, pero también invítala a convivir con quienes te apoyan y con tus otras facetas: invítala a que junto contigo puedan seguir haciendo lo que suelen o solían disfrutar, aún y cuando no lo hagas con el mismo ánimo o ímpetu que en épocas más livianas.

3. “Soy el culpable de que me dejara” o “Soy el culpable de su dolor”

En un estudio sobre 4 casos de ruptura amorosa, la psicóloga clínica colombiana Cristina Isabel Carmona encontró que dentro de los sentimientos más comunes cuando se está viviendo esto se encuentran el valorar negativamente lo que se hizo o dejó de hacer en la relación, culpabilizándonos por la ruptura. Esto es algo que se puede presentar tanto en el que toma la decisión, es decir, el que deja, como en el que es dejado.

Respecto a la culpa,  ya hemos hablado antes en este espacio, específicamente cuando hablamos sobre salud mental en las fiestas navideñas y mencionábamos las 3 condiciones facilitadoras de este sentimiento a partir de lo propuesto por el psicólogo clínico español Juan García Haro: la transgresión de una norma moral, haber tenido un control claro sobre el acto o la omisión que nos genera la culpa, y un daño infligido sobre otro (ya sea real o que creemos que se dio).  Estas tres lupas en mayor o menor medida nos pueden servir para reflexionar de una manera realista cuál es nuestra responsabilidad en la ruptura, y si realmente ese sentimiento de culpa es proporcional a nuestra responsabilidad en la relación.

El tema de la culpa en las rupturas amorosas es un tema complejo, que nos tomará un poco más de tiempo y espacio para abordarlo. Así que si esta primera parte sobre el cómo lidiar con una ruptura amorosa te ha sido de ayuda, está pendiente de nuestras redes donde notificaremos la publicación de la segunda parte. Entre tanto, ¿te animas a comenzar a reflexionar, a partir de las 3 condiciones facilitadoras de la culpa, cómo estas se ponen en juego en una ruptura amorosa?

Aprender a aceptar una pérdida, aprender a abrazar tu dolor y aceptar que te acompañará por un tiempo mientras intentas continuar con tu vida, tus responsabilidades y las cosas que te gusta hacer, no es sencillo. Si te sientes “cuesta arriba” en este proceso, recuerda que no estás solo. En Fundación Continúa ponemos a tu disposición terapia psicológica en línea a precios accesibles, puedes solicitar tu primera sesión dando clic acá.   

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